Partidazo, goleada al AEK y que pase el siguiente.
Noche de ensueño y otra hazaña del Eurogeta, que goleó al AEK, que se mete por la puerta grande en los octavos de final de la UEFA, que se dio un festín futbolístico y que le puso hasta una emotiva guinda con el penalti que marcó Contra dedicado a su padre fallecido ayer. Fue un maravilloso ejercicio de Laudrup y de sus jugadores y un enorme ejemplo de profesionalidad del veterano lateral rumano, que entra por méritos propios en el santoral de héroes azulones.
Definitivamente, Laudrup ya le ha dado su sello personal a este cuarto proyecto azulón entre los grandes. Tardó en encontrar la varita mágica el mago danés, pero señoras y señores pasen y vean a un equipo de fútbol que no especula ni con los resultados (anoche le bastaba con dedicarse al tancredismo y mecerse hasta el final con el 0-0), que tira de orgullo y que se deja hasta la última gota de sudor para seguir vivo en los tres torneos en los que se sostiene en pie. No sé qué pasará de aquí al final de curso, pero este equipo se merece ovación, vuelta al ruedo y tres orejas, tres, desde el presidente al entrenador, desde el utillero al podólogo.
Sin seis titulares.
Antes de seguir hurgando en detalles del memorable partido, conviene apuntar que a todo lo dicho resulta que Laudrup sacó un once con seis suplentes o, lo que es lo mismo, que protegió a seis de sus titulares para el gran choque del domingo en el Bernabéu (Pato, Cata, Manu, Cortés, Casquero y Uche), y que encima se tiró el farol de darle minutillos en el segundo tiempo a los tres últimos para que no pierdan el tacto ante lo que se viene encima. Como en la película esa, Michael, mejor imposible...
Hablando del Madrid, hablemos de Granero y De la Red, claro. El cedido 'Zizou' azulón abrió la lata con un testarazo a centro del gran Contra, estrelló un disparo en el travesaño y dejó detalles de auténtico maestro de no ser porque el chaval dice y dice que él lo que quiere es seguir aprendiendo en Getafe, en la mejor escuela de la zona Sur de Madrid. Y De la Red llevó la manija esta vez protegido atrás por la escoba de Celestini y volvió a despachar un ejercicio de seriedad. Hubo más, impecable la pareja de centrales Belenguer-Mario, se agotan los elogios para el gran capitán ¿son 35 o los 25 que aparenta? Y para rizar el rizo de la perfección, hasta Braulio encontró el justo premio a su trabajo de demolición de los defensas con algo que le estaba faltando, el gol, así que no se puede pedir más.
¿El AEK? Mal, gracias. Un par de tiritos de Rivaldo, flojera alarmante y adiós. Ahí sigue el Eurogeta. Que pase el siguiente, ¡el Benfica del gran Camacho! Viaje a la vista a Lisboa y a ver si de una vez por todas se llena el Coliséum...
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