El Villarreal se despidió anoche de la UEFA. Una eliminación dolorosa, inesperada y, probablemente, injusta. Porque los amarillos echaron el resto para intentar eliminar al Zenit, pero los dos goles de Pogrebnyak, uno en San Petersburgo y otro en El Madrigal, fueron un lastre insalvable para los de Pellegrini. El Submarino buscó una remontada épica hasta el último suspiro, pero el conjunto ruso, con nueve hombres sobre el terreno de juego, aguantó como pudo frente a un rival al que le faltó acierto en el remate final y un poco más de orden, el que sí tuvo el Zenit.
Arrancó el partido con buen ritmo. El que le metió el Villarreal. Los amarillos querían el balón, pero no lo terminaban de encontrar. Lo peleaban, pero morían ahogados antes de llegar a la orilla porque el Zenit acumulaba una falta tras otra. El problema es que los locales fueron fueron perdiendo fuelle y, rozando la primera media hora, el Zenit se dio cuenta de que podía estirar sus líneas. Así, en el 31', Pogrebnyak heló a la afición amarilla tras un grave error de Diego López. Un 0-1 que lo ponía todo mucho más cuesta arriba.
Acoso sin premio.
El arranque del segundo periodo supuso el punto de partida para el asedio del Villarreal sobre la portería de Malafeev. Y más después de que cuando apenas se llevaban dos minutos, el colegiado austríaco expulsó a Shirokov por doble amarilla. Era el momento de soñar con una remontada épica. Pero nunca llegó. Porque a las jugadas de los amarillos les faltaba acertar en el último pase, en el último metro, en el último golpeo... Así, Rossi cerró una noche nefasta errando un balón franco que sólo debía empujar, en una acción en la que, además, se retiró lesionado. Después, Tomasson tampoco acertó ante la meta rival. Entró Nihat, pero el turco se mostraba impotente para recortar distancias. Y así iban pasando los minutos. Con el Villarreal en un quiero y no puedo y el Zenit bien ordenado atrás.
El sueño parecía posible cuando Guille Franco igualó el encuentro. Era el minuto 74 y por delante quedaba un cuarto de hora para anotar otras dos dianas y poder pasar a octavos. Una misión que parecía más sencilla cuando el Zenit se quedó con otro hombre menos, con la expulsión de Skirl.
Malafeev, clave.
Pero entonces emergió la figura del meta del Zenit, que colocó dos manos providenciales que cortaron la remontada del Submarino. Nada pudo hacer el meta ruso en un remate de Pires que empujó Tomasson ya en el 90. El pase todavía era posible, pero los últimos cinco minutos, con el equipo volcado, no tuvieron el premio que el Villarreal merecía. Y eso que los de Pellegrini se dejaron el alma en un intento sin recompensa. La UEFA, por desgracia, ya es historia. Una lástima, porque muchos soñaban con una final que deberá esperar.
Advocaat: "Hemos merecido pasar"
"El Zenit ha sido justo merecedor de este pase a octavos. Hemos sido mejores en San Petersburgo y también en España. El Villarreal, excepto en los primeros 10 minutos de este partido, y cuando se ha quedado con un futbolista más, apenas nos ha creado peligro. El arbitraje ha dejado bastante que desear y el colegiado se ha dejado influenciar por la presión del público. Cuando hemos estado con inferioridad numérica, tratamos de hacer el partido que nos interesaba y nos ha salido a la perfección".
Pellegrini: "No pensaba que nos eliminaban"
"Nunca hubiese pensado que un equipo tan inferior nos pudiese eliminar. El Zenit ha venido a El Madrigal a dar patadas y sólo con eso se ha clasificado para los octavos de final. Ellos han marcado un gol de donde no había una ocasión y nosotros hemos fallado muchas oportunidades. En el cómputo global de la eliminatoria hemos sido mejores que ellos y en este encuentro de vuelta, mientras hemos estado once contra once, también. Después, ha sido un monólogo nuestro. Al final nos pusimos algo nerviosos".
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