martes, 11 de marzo de 2008

Una apuesta por regresar a la concordia

En momentos de tempestad, cuando la tranquilidad y la normalidad no sobran en el equipo de todos, la Federación apuesta por la calma, por la serenidad del hombre sosegado. Del Bosque es el elegido para coger las riendas de una selección que sigue dando demasiado que hablar fuera del verde, entrometida en debates y puestas de escena innecesarios para rendir donde casi nunca lo hace. Vicente tomará el testigo de Luis Aragonés, después de la Eurocopa. El salmantino responde al completo al perfil de seleccionador de futuro que tienen Villar y Hierro en la cabeza.

Del Bosque vuelve a entrar en escena. Algunos, allá por el verano de 2003, consideraron que su modelo y sus ideas no estaban adaptadas a los nuevos aires que corrían por la Casa Blanca, que no estaba preparado para el fútbol moderno. El tiempo no les dio la razón. Esos aires acabaron contaminándose y dejaron al Madrid durante tres larguísimos años en una depresión provocada e innecesaria.

La marcha del salmantino del banquillo madridista fue el principio del fin para un equipo blanco que tocó fondo y que fracasó en una nueva época que obligó a echar la vista atrás y recordar tiempos mejores. Ahora, ese modelo da el gran salto.

Salto del proyecto 'anticuado'

Ese modelo de los de antes, pasado de vueltas para algunos 'adelantados', es el elegido. Hierro sabe lo que hace y de lo que habla. Fernando, la imagen de Vicente en el terreno de juego, salió escaldado del Madrid junto a Del Bosque tras esa polémica celebración de la 29ª Liga que arribaba a La Castellana.

El andaluz, que no ha perdido el contacto con el que fue su técnico, es el gran valedor del nuevo proyecto que se vislumbra en el horizonte de La 'Roja'. La relación entre padre e hijo, alumno y maestro, se recuperará, llevando las manijas de nuestro selección. Estaba cantado.

Vicente nunca ha sido un hombre de palabras, de lucir sus éxitos. Todo lo contrario. La humildad y sus buenas maneras siempre han ido de la mano de un señor en el amplio sentido de la palabra. Ningún entrenador de nuestro país puede presumir de sus tesoros; pero, ¿alguna vez le han interesado para sacar pecho?. A él, sabio, sereno y educador, nunca le ha importado. El nuevo premio se lo merece como pocos.

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