El Levante gana al conjunto de Jabo Irureta gracias a su buen trabajo en defensa y a los errores de la zaga maña.
El Levante se anotó hoy una trabajada victoria «a la italiana» (2-1) ante el Zaragoza en un encuentro marcado por el gran trabajo defensivo de los hombres de Giovanni De Biasi y los errores defensivos del Zaragoza. Si con esta victoria el equipo valenciano recorta distancias con la todavía lejana zona de salvación, el Zaragoza se complica su ya delicada situación y se acerca a las posiciones de descenso.
Como si jugara en casa, el Zaragoza afrontó este encuentro muy abierto, presionando al Levante en prácticamente todo el campo y llevando la iniciativa del juego en todo momento. También es cierto que el Levante renunció por completo a la pelota al retrasar sus líneas y fortificarse frente a su área. El dominio del Zaragoza durante los primeros veinte minutos de juego fue insultante. Pero, cosas del fútbol, justo cuando más lejos se encontraba el Levante del buen juego y de la portería de César llegó el gol. Un centro perfecto de Courtois desde la banda izquierda que Geijo remató de cabeza al fondo de la red.
Este primer tanto no cambió demasiado el transcurso del encuentro, pues el Zaragoza siguió llevando la iniciativa, dominando la pelota y el ritmo del partido, pero el Levante se reafirmó en su estrategia conservadora y jugó con muchas más comodidad. Poco a poco, cierta ansiedad se fue apoderando de los futbolistas visitantes, sobre todo de los delanteros, que trataron de hacer más corto el camino hacia la portería de Kujovic y quizá malbarataron el paciente trabajo que sus compañeros venían realizando desde atrás.
En el arranque de la segunda parte el Zaragoza, consciente de su delicada situación en la tabla, se lanzó al ataque con todo para tratar de buscar el empate, y realmente puso en aprietos al Levante en varias acciones de Sergio García, el jugador más en forma de este equipo. Su rapidez desbordó a los dos laterales del Levante y sus pases fueron lo mejor de un conjunto aragonés que exhibió muchas carencias, sobre todo en defensa, e imprecisiones.
El segundo gol del Levante llegó en el minuto 61 gracias a un pase de cincuenta metros que Castedo lanzó a Riga. El delantero ghanés fue muy superior en velocidad a Pavón y no tuvo problemas para batir a César. Sin embargo, este segundo tanto no fue el de la tranquilidad para el Levante, que tuvo un grave despiste cinco minutos después y permitió a Óscar recortar distancias.
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