El Barça sufrió mucho para derrotar al Schalke, pero logró un triunfo que deja a los de Rijkaard con un pie en semifinales de la Champions League. Bojan marcó y demostró que es el delantero más en forma del equipo.
Era la hora de la verdad. Después de fallar una y otra vez en Liga después de partidos tan lamentables como el del Betis del pasado domingo o como la eliminatoria copera ante el Valencia, llegaba el momento de que el equipo diera la cara y lo hiciera en la única competición en la que los azulgranas tienen serias opciones de victoria.
Y, algo excepcional esta temporada, el equipo dio la cara y logró un triunfo que pone la eliminatoria muy favorable al equipo de Rijkaard. Sin embargo, la victoria no puede esconder que el juego del Barça está a años luz de aquél que deslumbró Europa hace tan solo un par de años. Ni mucho menos. Se consiguió el triunfo porque Bojan salió al rescate del equipo logrando un gol muy importante. Se logró también porque el Schalke es un conjunto muy inferior al azulgrana, porque ante otro equipo enfrente, –por ejemplo el Manchester, que ya está virtualmente en semifinales-, la portería de Valdés no hubiera acabado a cero.
El partido empezó con un Barça nervioso, pero que rápidamente se hizo con el control de la pelota delante de un Schalke que dejaba al equipo azulgrana hacer a sus anchas. Hasta el 70% de posesión tuvo el Barça y cuando pasa eso, lo normal es que jugadores como Xavi o Iniesta demuestren su gran calidad.
Y es que de las botas de ambos nacieron las primeras ocasiones del partido. En el minuto 7, pase de Xavi hacia Iniesta, que se plantó solo ante Neuer, pero el de Fuentealbilla llegó muy justo y no consiguió batir al portero alemán.
En la siguiente, el manchego no falló. Lanzó un pase magistral en profundidad hacia Henry y de allí nació el primer gol. El delantero francés tiró flojo ante Neuer, pero aprovechó el fallo del portero para recoger el rechace y darle el pase de la muerte a Bojan, que sólo tuvo que empujar el balón al fondo de la red.
El canterano demostró que tiene olfato de gol y que ni la presión de jugar con el Barça ni la de hacerlo en la Champions le pueden. Lástima que no le dejaran optar ni siquiera a ser el goleador más joven de la historia de la competición.
El Barça estaba jugando mejor y el gol fue justo premio para los azulgrana. Sin embargo, después de conseguirlo los alemanes despertaron y, aun sin crear demasiado peligro, empezaron a presionar a los hombres de Rijkaard y a colgar balones al área para aprovechar su teórica superioridad en el juego aéreo.
No fueron grandes ocasiones, pero en cualquier lanzamiento de córner o de falta, se intuía el posible peligro. Pero la noche de este martes no fue la del sábado. Ayer no entraron los goles que sí entraron en el Ruiz de Lopera. Valdés no tuvo que esmerarse demasiado en la primera parte y el Barça llegó al descanso controlando el partido sin muchos problemas.
Eso sí, los azulgranas vencían pero no deslumbraban. Tres tiros a portería y la aparición de Bojan ‘pescando’ el gol en una jugada que era para que marcara Henry. Suficiente contra el Schalke, pero poco alentador para enfrentarse, probablemente, al Manchester en semifinales.
La segunda parte empezó con el Schalke presionando un poco más a los azulgranas, que tenían más problemas para salir de su campo. El planteamiento de los alemanes, sin embargo, era el mismo de la primera mitad: colgar balones y intentar algún tiro lejano, como el que se sacó de la manga Pander y que Valdés no acertó a blocar.
Pero es que el Barça tampoco ofrecía mucho más en el campo. Toque y más toque, pero sin profundidad ni peligro ni siquiera ganas o actitud para sentenciar la eliminatoria con un segundo gol. Ese ‘gol de la tranquilidad’ que le ha faltado al Barça el último año antes de que le empataran o remontaran partidos de infausto recuerdo (Espanyol, Betis, Athletic…)
Sólo algún detalle de Bojan o Iniesta parecía que serviría para activar el juego azulgrana, pero ni por esas. El de Fuentealbilla probó a Neuer con un tiro lejano en el minuto 62 y a partir de ahí el Barça pareció recuperarse, pero el paso de los minutos sólo hizo que aumentar el acoso del Schalke, que tuvo en tres minutos –entre 67 y el 70-, las mejores ocasiones del partido.
Primero, con un tiro de Ernst que desvió Asamoah y que estuvo a punto de entrar; y después, en una ocasión más clara aún, por medio de Altintop, que cruzó demasiado el balón ante la salida de Valdés.
Rijkaard dio entrada a Márquez por Touré, pero el retorno del mexicano no le cambió la cara al equipo. Los alemanes, crecidos, siguieron disponiendo de ocasiones y el danés Larsen, -que entró por Asamoah- tuvo el gol del empate en un centro desde la derecha que remató alto.
Los últimos minutos fueron sufridos para el Barça, pero la cosa terminó bien. El acoso y derribo de los hombres de Slomka no tuvo premio por la mala puntería de sus delanteros, -y el paradón de Valdés a remate de cabeza de Bordon en el minuto 90-, y eso sirve para que el equipo culé pueda afrontar la vuelta con un gran resultado.
martes, 1 de abril de 2008
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