El Camp Nou recibió con división de opiniones a los suyos antes de que diera comienzo el partido, tras el palo copero ante el Valencia. Ni la Semana Santa libró de los pecados a los azulgrana, que aún así saltaron al verde con la intención de transformar los silbidos en aplausos. Los de Rijkaard apretaron las tuercas desde el inicio a un timorato Valladolid sostenido en pie merced a un gran Asenjo, cuyas intervenciones retrasaron el primer atento de los locales. Pero llegó. A los 23 minutos de juego, Etoo remató a placer en el corazón del área un centro desde la banda zurda de Bojan. El luminoso hacía justicia a la superioridad azulgrana en el campo.
El Valladolid no se vino abajo, sino todo lo contrario. Los de Mendilibar estiraron líneas buscando a unos incisivos Sesma y Llorente. Precisamente dos de los tres protagonistas del tanto del empate. A la media hora de juego, un centro desde la banda de Pedro López iba a parar a Llorente, que se dejó caer descaradamente ante la oposición de Thuram. Paradas Romero picó, señaló la pena máxima y Sesma, engañando a Valdés, aprovechó el regalo del trencilla para recuperar la igualdad. Y así se llegó al tiempo de asueto: tablas en el marcador y silbidos y pañuelos blancos en la grada.
Quince minutos y dos goles para respirar tranquilos
Hubo conjura azulgrana en el descanso, pues salió enchufado en el segundo acto. Noventa segundos tardó Iniesta en adelantar a los suyos tras recoger una asistencia de Bojan tras centro de Xavi. El manchego regateó a Asenjo y marcó a placer. Quince minutos después llegó la puntilla. Nueva falta botada por Xavi, Puyol, que estaba en fuera de juego, no controla con acierto, y Bojan se aprovechó de la confusión para escorarse, regatear a Asenjo y batirle por bajo.
El Valladolid se vino física y moralmente abajo y el partido se convirtió en un monólogo del Barcelona, que pudo seguir sumando goles a su cuenta si Henry o Etoo hubieran estado más acertados. Tampoco atinaron Sesma y Manchev, que enviaron sendos disparos a la madera de la meta defendida por Valdés. Tras la última y a falta de ocho minutos para el final, Bojan se coronó con el último tanto del encuentro, el segundo en su cuenta particular.
Los tres puntos se quedan en Barcelona, que sirven a los locales para seguir en liza en la carrera hacia el título liguero. Por su parte, el Valladolid regresará a Pucela con la sensación de poder haber hecho más y con medio pie en la zona de quema. Unos tendrán postre en la cena y otros tendrán que seguir de cuaresma.
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