Anfield se vistió de gala para recibir al Inter en un partido crucial para los hombres de Rafa Benítez. El Liverpool se jugaba la temporada y su afición era consciente de ello. El pinchazo ante el Barnsley en Copa y la imposibilidad de aspirar a algo más que al cuarto puesto en la Premier dotaba de una importancia sublime la eliminatoria ante los italianos. La vuelta de Fernando Torres al ataque se convirtió en la gran esperanza de los "Reds". Ante ellos, un Inter intratable que sólo contaba con una derrota esta temporada.
Los dos conjuntos comenzaron el partido con ideas muy distintas. El conjunto inglés saltó al campo sin complejos, apretando de lo lindo e imprimiendo un gran ritmo de juego al partido, todo lo contrario que el Inter, que tenía como único objetivo enfriar el partido para poder desarrollar su juego. Los de Mancini se instalaron en su campo y no hicieron amago alguno de lanzarse al ataque en ningún momento. Hyypia protagonizó la primera ocasión clara de peligro con un remate de cabeza que Julio César acertó a mandar a córner.
Con el transcurso de los minutos el partido acabó equilibrándose. El juego de los locales comenzó a bajar de intensidad, lo que aprovechó el conjunto interista para acomodarse definitivamente sobre el campo, eso sí, sin perder de vista a un eléctrico Babel que mantenía su dura pugna con la zaga italiana.
La poca creatividad del líder acabó apoderándose de su juego. Los visitantes seguían sin verle la cara a Reina, que se convirtió en un espectador de lujo durante toda la primera mitad. La tranquilidad que el equipo italiano había logrado imprimir al encuentro desapareció de un plumazo al borde de la media hora
de juego. Una torpe entrada de Materazzi sobre Fernando Torres significó su segunda amarilla (la primera no la mereció). El Inter, sin juego, con un hombre menos y con una hora de partido por delante, panorama más que complicado.
El "Spanish Liverpool" no aprovechó el desconcierto que se apoderó de su rival tras quedarse en inferioridad en el último tramo del primer tiempo. Los de Benítez no supieron aprovechar su superioridad numérica y se mostraron lentos en su juego y obsesionados por atacar por el centro, algo inútil teniendo en cuenta el muro que formaban los defensas italianos. Una pared entre Babel y Gerrard significó la última acción de peligro antes del descanso, pero el centro final del jugador inglés no encontró rematador.
El control total del partido por parte del Liverpool no le sirvió para irse a los vestuarios por delante en el marcador. Tras la expulsión de Materazzi, se vio a un equipo inglés falto de ideas al que supo manejar su rival.
El Liverpool perdona
Tras la reanudación, el Inter dejó claro que no pensaba arriesgar atrás adelantando posiciones. Su intención de arrancar el empate sin goles en Anfield era más que evidente. Mientras tanto, el Liverpool se mostraba espeso e incapaz de romper la resistencia de su rival. Tuvo que ser tras un fallo de la zaga italiana cuando llegase la ocasión más clara hasta ese momento para los "Reds". El disparo de Fernando Torres fue repelido con la pun ta de los dedos por Julio César cuando ya se cantaba el gol en las pobladísimas gradas de Anfield.
El Liverpool pareció despertar y empezó a creer en la victoria tras la ocasión de Torres. Tan sólo un minuto después, Hyypia mandó alto un remate de cabeza a centro de Kuyt cuando lo tenía todo para abrir el marcador.
Acto seguido, fue un error arbitral el que impidió que los locales obtuviesen su merecido premio. El Belga De Bleeckere no vio un penalti de libro cometido por Vieira, que tocó el balón con las dos manos en su intento de desbaratar un nuevo acercamiento del Liverpool.
Torres y Crouch dispusieron de dos nuevas ocasiones de batir a Julio César, ambos con disparos lejanos y
ambos desviados junto al palo derecho del portero brasileño.
Kuyt y Gerrard tiran el muro italiano
Cuando todo parecía indicar que el Inter iba a lograr su objetivo basado en el anti-fútbol total, la eliminatoria dio un vuelco total. Un centro desde la banda derecha de Pennant acabó en los pies de Kuyt, y no perdonó. El delantero holandés conseguía el primero para los de Rafa Benítez con un disparo que se llegó a tocar un defensa. Pero lo mejor estaba por llegar. Gerrard se sacó un disparo desde fuera del área que sorprendió a toda la defensa y al portero del Inter y que se coló tras estrellarse en el palo derecho.
El Inter acabó pagando el anti-fútbol practicado sobre el césped de Anfield y salió derrotado merecidamente. Eliminatoria franca para el Liverpool que, aunque tarde, acabó obteniendo una ventaja para el partido de vuelta más que merecida.
martes, 19 de febrero de 2008
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