El 'Baixinho', quien tiene en su historial el título de campeón del mundo con Brasil en 1994, año que fue proclamado mejor jugador del mundo por la FIFA, aseguró que quiere realizar un último partido de despedida, en Maracaná, en el que vestirá la camiseta de clubes como el Vasco da Gama, el Flamengo y el Fluminense.
Romario no ha jugado desde el final del campeonato brasileño de 2007, que terminó envuelto en una amarga acusación y condena por dopaje. El delantero fue condenado por el consumo de finasterida, una sustancia para prevenir la caída del cabello, que confesó haber tomado durante más de una década y que estaba prohibida porque puede enmascarar el uso de anabolizantes.
Romario fue finalmente absuelto el pasado 14 de febrero, en el juicio de apelación, en el que dejó rienda suelta a sus emociones y a las lágrimas por ver su nombre limpio.
Entonces se encargaba de entrenar a su club, el Vasco da Gama, en el que se supone que simultaneaba la tarea de jugador-entrenador. Pero justo después de su absolución, abandonó el club por divergencias con el presidente, Eurico Miranda. Desde entonces, como él reconoció, ha engordado cuatro kilos y ahora ya es difícil recuperar la forma.
El creador de la 'cola de vaca'
Muchos lo recordarán por su olfato de gol sin igual, sus vertiginosos regates, como aquella 'cola de vaca' que realizó en las filas del Barcelona en 1994, en el clásico ante el Real Madrid. El brasileño ejecutó un imposible giro de casi 180 grados que quebró la cintura de Rafael Alkorta, y después batió al cancerbero blanco con un tiro bajo cruzado, abriendo el marcador, que terminó 5-0 para los culés.
Otros, sin embargo, recordarán sus miles de polémicas y su afición por las fiestas, que le valieron ser apartado de equipos como el Barcelona o el Valencia.
A lo largo de su extensa carrera, Romario ganó tres ligas holandesas con el PSV, una liga española con el Barcelona y varios títulos brasileños con el Flamengo y Vasco da Gama.
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